Joe Bonnano: En el reino de los Bonnano

Joe Bonnano fundó su propia familia y la constituyó en la mafia más poderosa del mundo. Escribió un libro que llamó Hombre de honor que, a su vez, inspiró la obra de Mario Puzo El Padrino y el film homónimo.

El capo era una figura que todos los periodistas seguían. Sabían que era el patrón aunque no estuviera en la cárcel.

La familia de los Bonnano no sólo es la mafia más poderosa y peligrosa que conoce el mundo: su historia también se traduce en una larga leyenda del mal que traspasa las fronteras de los Estados Unidos.

Este grupo de mafiosos se asentó, desde principios del siglo XX, en la ciudad de Nueva York. Durante su arranque, estuvo formada, únicamente, por hombres venidos a esa ciudad desde la ciudad de Castellammare, al oeste de Sicilia.

Y es precisamente en Sicilia donde se encuentran las primeras raíces de la mafia italiana que, más tarde, se despliegan por los Estados Unidos. A principios del siglo pasado, muchos hombres de Castellammare emigran hacia Nueva York, donde aplicaron las mismas prácticas que aprendieron en Sicilia: agruparse alrededor de un líder o padre. Todos los hombres de Castellamma re evolucionan hasta que se convierten en una familia de mafiosos que ahora se conoce como los Bonnano. Desde los años 50, éstos prolongaron sus tareas hasta Montreal, la ciudad donde está asentada la empresa Cintec.

Actualmente existe una discusión sobre los primeros líderes de los Bonnano. Lo que sí está claro es que entre 1915 y 1920, Stéfano Magaddino fue uno de los hombres fuertes de ese grupo de sicilianos.

Magaddino participó, en esa época, en varias balaceras por una disputa que comenzó en Castellammare, Sicilia. Después fue implicado en el asesinato de un mafioso rival y huyó desde Nueva York

a Búfalo.

En ese instante, los hombres que formaban parte de esa familia de mafiosos se trasladaron a participar en la industria del licor de contrabando, en un momento en que en Estados Unidos se había decretado una ley seca.

El origen de la palabra “mafia” es confuso. Muchos creen que es una palabra “árabe-siciliana’” que indica modo de vida orgulloso y autosuficiente. Otros dicen que es el acrónimo de un grito de resistencia siciliano utilizado contra los invasores franceses en el siglo XIII. La palabra se usa para referirse a criminales organizados por etnias.

En medio de esa coyuntura aparece un hombre clave: Joseph Bonnano, quien emigró a Estados Unidos en 1924.

Desde su llegada, fue uno de los protegidos de los mafiosos que se dedicaban a contrabandear licor.

Bonnano se acercó, rápidamente, a Salvatore Maranzano quien, poco des-

pués, se convirtió en la legendaria figura que fundó la Cosa Nostra y proclamó la unión de los mafiosos venidos a Estados Unidos desde Sicilia.

En 1930, todos los mafiosos afincados en Nueva York declararon una guerra entre familias. Al final, los hombres de Maranzano vencieron y alineó a la mayoría de jefes de las restantes familias en lo que luego se llamó La Cosa Nostra. Maranzano fue, desde ese momento, el máximo poder de la mafia de Nueva York. Un año, después, fue asesinado por los hombres de otro legendario: Lucky Luciano.

El reinado

Tras la muerte de Maranzano, Joe Bonnano –el hombre que inspiró la película El Padrino– fue electo para reemplazar a Maranzano. De esa forma comenzó un reinado de 33 años.

Uno de sus primeros decretos fue designar lo que llamó “La comisión de la mafia”.

Como en esa época la prohibición del licor había terminado, Bonnano extendió sus negocios ilegales a los préstamos con usura, la agitación laboral y el juego.

Él fue quien diseñó el esquema actual que siguen los mafiosos: esconder los negocios ilícitos y ocultarlos tras las faldas de otros negocios que sí son lícitos.

Los inicios del reinado de Bonnano fueron tranquilos. Los primeros problemas sobrevinieron cuando Joe, el capo de capos, decidió enviar a Montreal, Canadá, a Carmine Galante, a quién algunos describían como “una estrella naciente”.

Tomó esa decisión para extender, hacia ese lugar, los tradicionales negocios de la mafia que se había afincado en Nueva York.

También porque Montreal era una ciudad abierta con muchos políticos, policías y funcionarios judiciales que podían sobornarse.

Así, rápidamente convirtieron a esa urbe en un centro internacional de tráfico de drogas, una tarea por la que Bonnano comenzó a sentir mucha pasión. Sobre todo, por lo lucrativo de ese negocio.

Una vez en Montreal, Galante usó la violencia para extorsionar a dueños de centros nocturnos, alcahuetes, matones y traficantes de drogas. También comenzó a adueñarse de buena parte del poder político, en ese lugar.

En 1956, las autoridades canadienses forzaron a Carmine a abandonar ese país, aunque la familia de los Bonnano no perdieron su influencia en los negocios conectados con la mafia.

Con el paso de las décadas, Nick Rizutto y su hijo Vito, comenzaron a manejar todos los negocios de los Bonnano en Montreal, después de muchas guerras y problemas con otros líderes mafiosos.

Vito Rizzuto, un hombre de 58 años, es actualmente, a pesar de que se encuentra en una prisión de Nueva York, acusado de cometer tres asesinatos en la década de los ochenta, el hombre que maneja los intereses de los Bonnano en Montreal (ver historia aparte).

Las autoridades canadienses vinculan a ese extraño personaje con Michael Strizzi, a quien, a su vez, relacionan con Matteo Pasquale, el presidente de Cintec y de Mides, la empresa mixta que maneja el negocio de la basura en San Salvador.

El imperio del famoso gángster se caracterizó por brutales asesinatos entre mafiosos.

La disputa

Pero, volviendo atrás con la historia de los Bonnano, en los años sesenta otras familias de mafiosos neoyorkinos comenzaron a disputarle el poder a Joe.

Así estalló la guerra y la muerte de decenas de líderes mafiosos y pistoleros que se pusieran en el camino de Bonnano.

En medio de esa violencia, la policía de Nueva York comenzó a tener los primeros informes sobre el poder de Joe Bonnano.

Una serie de problemas obligó a Joe a retirarse, en 1968, y trasladarse a vivir en Tucson, Arizona.

Pero, a pesar de eso, los tentáculos de su familia siguieron con la misma fuerza de siempre. En 1974, Carmine Galante, el hombre que abrió el camino para crear la mafia de Montreal, asumió la cúspide del poder dentro del grupo de los Bonnano.

Galante se especializó en el negocio de la heroína y para eso utilizó, por mucho tiempo, a sus amigos de Montreal, como los “valerosos” Rizzuto.

Pero, el estilo de Galante no gustó a los jefes de otras familias que formaban la Cosa Nostra. Decidieron asesinarlo en 1979.

Eso provocó que Phil Rastelli tomara el poder dentro de los Bonnano, aunque pasó buena parte de su tiempo, dentro de una prisión.

Después de eso, la familia de mafiosos más poderosa del mundo perdió terreno. Sobre todo en los años ochenta.

En los noventa lo recuperaron bajo el mandato de Joey Massino.

Todas las autoridades de Nueva York saben que Massino es el jefe de los Bonnano, aunque adoptó una manera más secreta para hacer los negocios que el viejo Joe hacía.

Sin embargo, hasta ahora se ha escapado de ser juzgado penalmente. El nuevo capo es ágil y reinsertó a los Bonnano en el narcotráfico internacional, la agitación laboral y otras empresas criminales. La mafia está más viva que nunca y sus negocios de Montreal también.

Joe murió a los 97 años

Joseph Bonnano, quien fue el cabecilla de las organizaciones mafiosas más poderosas del mundo en los años 50 y 60, falleció, hace algún tiempo, en Tucson, Arizona, a los 97 años.

Bonnano, quien se retiró a Arizona en 1968 y había sufrido de varios problemas de salud en los últimos años, fue el hombre que prolongó los tentáculos de la mafia neoyorkina hasta Montreal y la convirtió en una nueva meca de hombres de su estilo.

Los negocios de esa poderosa familia de mafiosos los maneja ahora Vito Rizutto, un legendario gánster que actualmente se encuentra preso en Nueva York, acusado de cometer tres asesinatos en 1981.

En el punto más alto de su carrera, Bonnano fue el líder de una de las cinco mafias más poderosas de

Nueva York. La opinión pública le llamaba Joe Bananas, un apodo que detestaba.

Siempre negó haber estado involucrado con tráfico de drogas o prostitución, a pesar de que las autoridades señalan lo contrario.

Bonnano cayó en  desgracia durante la década de los 60, cuando trató de convertirse en el gran jefe de las mafias en lo que se denominó la Guerra de la banana.

El apellido Bonnano es originario de Sicilia. Joe siempre mostraba orgulloso, el escudo que explicaba el nacimiento de su familia. También mostraba con delirio la foto de su padre

(verla al costado). Tal y como aparece en la película El Padrino, Joe Bonnano se hizo famoso por el número de anillos que usaba en sus manos, por su ronca voz y por su afición a los gatos.

Cuando vivió en Phoenix, llevó una vida sin mucho aspaviento, aunque nadie creyó que estuviese alejado de los negocios legales e ilegales de la familia.

Montreal: La meca de los mafiosos

Joe Bonnano ordenó tomar la ciudad. Así fue como nacieron, en la década de los 50, los negocios de esa mafia neoyorquina en esa urbe canadiense. Ahora los maneja Vito Rizzuto, el jefe de todos los clanes.

Canadá fue siempre uno de los platillos favoritos de los mafiosos de origen siciliano, y de otras etnias, desde que se instalaron en Estados Unidos para vivir de acuerdo con un estilo de vida autosuficiente, aunque sea al margen de la ley.

Carmine galante, el hombre que camina esposado en nueva york, prolongó los negocios de los bonnano en montreal

Pero los primeros mafiosos que llegaron a ese país no fueron los sicilianos de la Cosa Nostra: les ganaron la partida los calabreses que mantenían organizaciones no menos poderosas que aquellos.

Rocco Perri fue el primer mafioso que plantó su mano en Canadá, en los años 20 del siglo pasado. Emigró desde la provincia de Calabria y llegó a los Estados Unidos en 1903.

Fue en 1912 cuando Perri vio mejores oportunidades en Canadá y se trasladó a vivir a ese país.

Como conocía al dedillo el oficio de mafioso, en poco tiempo Perri estaba involucrado en el negocio del licor de contrabando pues, en esa época, existían prohibiciones en Canadá de las que siempre quiso sacar ventaja.

Cuando en 1920 la misma prohibición se decretó en Estados Unidos, ya Perri poseía una importante organización mafiosa y aprovecharon el conocimiento para llevar licor a ese país, sobornando a los vigilantes de las fronteras estadounidenses.

El padre de Joe Bonnano, Salvatore, era un estafador, un mentiroso y, tal vez, un asesino, según su propio hijo. Como adulto, Salvatore fue acusado de asesinato. Para escaparse usó a su madre, a quien hizo que le ayudara a fabricar una historia que destruyó la reputación de la esposa de su principal acusador. La madre le dijo a todos que esa mujer era amante de su hijo.

Por casi una década, Perri, el hombre que fundó la mafia en Canadá se convirtió en el Al Capone de Canadá.

Para afianzar su poder dejó muchos muertos en el camino. Cualquiera que se le opusiera, se ganaba como destino el cementerio.

Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, el poder de Perri había declinado. Además, desde mucho tiempo atrás la prohibición del licor se había levantado en Estados Unidos.

El conflicto armado provocó otro problema para Perri: las autoridades canadienses le metieron a la cárcel durante casi cuatro años, bajo sospechas de colaborar con los fascistas de su país.

Su ausencia provocó otros hechos: surgieron otros jefes mafiosos y algunos hombres le abandonaron.

Cuando Perri salió de la cárcel trató de restablecer sus negocios. El problema es que, para ese entonces, sus enemigos mafiosos poseían más poder que nunca. Durante la primavera de 1944, Perri salió de su casa y nunca más se le volvió a ver. Posiblemente sus detractores le ejecutaron y lanzaron su cuerpo donde nadie lo pudiera encontrar.

Los secretos de la mafia siciliana

Antes de su matrimonio, en 1956, Rosalie Profaci le habló a su futuro esposo, Bill Bonnano acerca de

religión. Sus observaciones muestran cómo gente como Joe y su hermano Bill Bonnano justificaban su modo de vida.

Rosalie cita a Bill: “una persona que ve las cosas como tú, debe creer que he pecado y yo pienso que, simplemente, he hecho lo que he hecho”. Joe Bonnano justifica sus métodos criminales de manera similar. “El modo de vida”, decía, “que yo y mis amigos escogimos, fue para avanzar socialmente y obtener respeto”.

Carmine galante fue asesinado en nueva york en una lucha entre mafiosos de esa ciudad. Vivió varios años en montreal.

El asalto

Durante la década de los 50, la mafia de origen italiana ya estaba enquistada en Canadá. Pero, faltaba una ciudad que tomar: la bella ciudad de Montreal.

En esa época era una ciudad abierta, donde proliferaban los juegos, la prostitución y los clubes nocturnos.

También tenía otra característica que facilitaba la cosas para cualquier mafioso que quisiera intervenir ahí: los políticos tenían fama de corruptos y la fuerza policial era muy débil.

Además de todo eso, Montreal tenía otra característica: fácilmente se podía convertir en un punto de paso de las drogas hacia los Estados Unidos, sobre todo hacia la ciudad de Nueva York.

Por eso es que la familia de mafiosos de los Bonnano –que ya en esa época poseía un imperio del mal en Nueva York– decidió mandar, a Montreal, a Carmine “Lito” Galante, un poderoso capo. Su misión siempre fue clara: construir en esa ciudad canadiense una nueva meca que prolongara los negocios de los Bonnano.

Galante –quien ya poseía un impresionante récord policial sirviéndole a los Bonnano– plantó la huella de la familia, aunque también, por su ruda personalidad, encontró problemas, fácilmente.

En 1954, la ciudad de Montreal nombró al abogado Jean Drapeau como su alcalde. Después de tomar posesión, Drapeau se abalanzó sobre Carmine para tratar de destruir el poder mafioso que

había construido.

Un año después, Galante fue expulsado de Canadá. Eso obligó a la familia neoyorquina de los Bonnano a designar a Salvatore Giglio como su nuevo líder. Sin embargo, dos años después, Salvatore corrió la misma suerte de su antecesor.

Fue en ese momento que los Bonnano tomaron una decisión sin antecedente en la historia de la mafia: designaron a Luigi Greco y Vicenzo Cotroni como sus hombres clave en Montreal.

Lo particular de la decisión es que Greco era siciliano; Cotroni, calabrés. Eso significó que dos mafias que vivían en permanente guerra se habían unido.

Aquello fue como tratar de unir el agua y el aceite. Pero, la decisión reflejó, a la vez, el poder de los Bonnano en Canadá.

Eso permitió que las tareas de la mafia se prolongaran hacia el juego, la falsificación, la prostitución, el robo y muchos otros negocios ilegales. Paralelamente, sin embargo, fundaron negocios legales que les permitieran lavar el dinero que recibían de sus actividades más importantes.

Durante los años 60 las cosas cambiaron. Greco murió en un accidente y Cotroni estaba enfermo de cáncer.

Esas dos situaciones cambiaron el poder de la mafia que respondía a los Bonnano. El nuevo rey que respondía a los amos de Nueva York sería Paolo Violi, un calabrés de Canadá que se casó con la hija de otro jefe mafioso.

El jefe

Este obtuvo, rápidamente, la aprobación de Phil Rastelli quien, en esa época, se había convertido en el jefe de los Bonnano, para controlar todos los negocios de Montreal.

Pero, por ser calabrés, a Violi no le dejaría tranquilo el ala siciliana de la mafia de Montreal. Sus principales problemas surgieron de un hombre que se había convertido en el jefe de la Cosa Nostra canadiense: Nick Rizzuto, el padre de Vito Rizzuto quien, actualmente, es el capo más importante de Canadá.

Violi pidió permiso a los “señores” de Nueva York para matar a Nick Rizzuto.

La autorización fue denegada. Rizzuto entendió lo que pasaba y decidió refugiarse en Venezuela durante

los años 60 y dejar a su hijo Vito a cargo de sus negocios. En Venezuela, según los informes de las autoridades, el viejo Rizzuto no se quedó tranquilo: prolongó sus negocios mafiosos y construyó una poderosa red para traficar heroína.

Cambios

Cuando la guerra entre Violi y Rizzuto parecía haber desaparecido con la huida de este último a Venezuela, surgieron nuevas dificultades para el calabrés.

Carmine Galante, el viejo fundador de la mafia de los Bonnano en Montreal, había cumplido un largo período en cárceles de Nueva York. Con la libertad en sus manos, decidió luchar por el poder de la

familia Bonnano en Nueva York.

Eso significa que si llegaba a la cúspide, Violi el calabrés, tendría muchos problemas porque, aunque Galante había nacido en Nueva York, su origen era siciliano. Esto último significaría que se pondría al lado de Nick Rizzuto, en los problemas de Montreal.

Cuando Galante se lanzó por el poder, sabía que el jefe de los Bonnano, Phil Rastelli, tenía problemas legales y que eso le facilitaría su batalla.

Con toda esa nueva situación, Violi se halló, muy pronto, frente a una rebelión de los sicilianos que no aceptaban su poder calabrés. El 22 de enero de 1978, mientras jugaba cartas en un restaurante

italiano, Violi fue asesinado por dos pistoleros enmascarados.

La policía canadiense arrestó a cuatro hombres, como testigos materiales del crimen, incluido un cuñado de Nick Rizzuto. Pero pronto les dejaron libres.

Todos esos hechos marcaron un rumbo: los sicilianos querían controlar la mafia Montreal y Nick Rizzuto,

el padre de Vito Rizzuto ( relacionado este último por las autoridades canadienses con Mike Strizzi y éste, a su vez, con Matteo Pasquale, el presidente de Cintec y Mides), estaba dis-

puesto a controlar todos los negocios mafiosos.

En 1984 sucedió lo que querían los Rizzuto: se convirtieron en los líderes de la mafia de los Bonnano en Montreal. El poder lo ejerció, primero, el viejo Nick. Después lo tomó su hijo Vito, ahora preso en ese país.

Fuente 27 de abril de 2004