jueves, 27 de diciembre de 2012

Descubren en Wall Street un gigantesco fraude de la mafia


Fuente 15 de junio de 2000

El mayor operativo de la historia
NUEVA YORK.- En una espectacular y masiva redada, las autoridades norteamericanas asestaron ayer el mayor golpe en la historia de la lucha contra el fraude financiero: arrestaron a 120 personas, entre ellas varios miembros de las cinco "familias" de la mafia neoyorquina, acusadas de participar en una gigantesca estafa bursátil.

Los detenidos, entre integrantes del crimen organizado, ejecutivos y operadores de bolsa, enfrentan cargos por su presunta participación en una amplia red de estafas que operó durante cinco años y que causó pérdidas a sus víctimas por más de 50 millones de dólares.

La investigación, realizada en conjunto por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la fiscalía del Distrito Sur estadounidense, lleva nuevamente a primer plano los nombres de dos "familias" mafiosas célebres, los Bonanno y los Colombo, pero que evidencia también la existencia de acuerdos con las otras tres familias neoyorquinas (Gambino, Lucchese y Genovese) para repartirse el botín de la negociación ilegal de acciones.

Entre los detenidos figuran, además, Sebastian Rametta y James Chickara, presidente ejecutivo y vicepresidente, respectivamente, de la cadena de restaurantes Ranch 1, que aparecen en los archivos de la corte como asociados de los Colombo.

La larga lista de acusados también incluye a un ex detective del departamento de policía de Nueva York, 57 operadores de bolsa, 12 promotores financieros, 30 empleados y dirigentes de empresas implicadas en los fraudes, y un abogado.

En el complejo escenario de las empresas implicadas, la DMN Capital Investments, que controlaba otras financieras más pequeñas, aparece en la cumbre de la pirámide de la corrupción.

Una "pax mafiosa" habría permitido a los jefes de la Cosa Nostra permanecer en las sombras, mientras sus hombres de confianza recurrían, cuando fallaba el engaño financiero, a los métodos de siempre: amenazas, extorsión y hasta incitación al asesinato, según señalaron las autoridades.

"Sus tentáculos estaban por todas partes, en cada rincón de los mercados", subrayó, en referencia a la mafia, la procuradora Mary Jo White, que durante meses encabezó el trabajo de varios agentes encubiertos y estudió las revelaciones de testigos y víctimas del crimen financiero.

MÉTODOS DE ESTAFA

Los métodos utilizados para perpetrar los fraudes eran múltiples. Según los fiscales, la mafia controlaba secretamente numerosas empresas de operación bursátil en Nueva York, mediante las cuales realizaban vastas operaciones de compra de títulos violando las reglas del organismo de control.

Luego, pagando sobornos o simplemente amenazando a los operadores, la organización recurría a una serie de operaciones financieras para hacer crecer artificialmente el valor de los títulos y, luego, revenderlos.

Lo que llamó la atención de los investigadores fue la capacidad de la nueva Cosa Nostra de adecuarse a las nuevas reglas de mercado.

Por ejemplo, para hacer subir el valor de los títulos comprados, los mafiosos -mediante sus infiltrados entre los brokers- promovieron algunas empresas haciéndolas pasar por compañías de Internet y así inducir a los inversores a capitalizarlas.

Las operaciones descubiertas por los investigadores ocurrieron entre 1995 y 1999, y no ahorraron ningún sector del mundo financiero: se documentaron incursiones de capitales mafiosos incluso en el sector de los fondos jubilatorios.

Haciendo números, el FBI calculó en 50 millones de dólares el daño total para los mercados. "Pero las pérdidas para los inversores -dijeron los investigadores- estaban destinadas a crecer desmedidamente."

El fraude se conoció cuando agentes del FBI encontraron cajas de documentos que ilustraban el esquema de la estafa.Para concretar las detenciones, el organismo puso en la calle un ejército de 600 hombres. Y, al tiempo que se realizaban los arrestos en Nueva York, se emitieron órdenes judiciales de búsqueda para otros sospechosos en Dallas, Texas y Salt Lake City, Utah.

Cinco "familias" en la mira

NUEVA YORK (ANSA).- La "familia" Bonanno, que parecía haber sido desmantelada por la ofensiva de fines de la década de los 80, volvió ayer a convertirse en una estrella de la constelación mafiosa neoyorquina.

El operativo en Wall Street demostró que los Bonanno están más activos que nunca, aunque menos vistos que cuando el encargado de combatirlos era el entonces fiscal y ahora alcalde neoyorquino, Rudolph Giuliani.

En el mapa del nuevo poder mafioso en Nueva York, diseñado en estos meses por el FBI, el cetro del líder estaba, sin lugar a dudas, en manos de los Genovese. Pero desde hace tiempo los investigadores hablaban de un inminente ascenso de los Bonanno, que habrían quitado el segundo puesto a los Gambino, en declinación desde hace 10 años tras el arresto de su líder, John Gotti.

Las otras porciones de la "torta" de los negocios mafiosos urbanos estaban en manos de las familias de los Lucchese y de los Colombo.

Los expertos del FBI recientemente identificaron al posible nuevo "padrino" de los Bonanno: se trata de Joseph Massimo, llamado "La Oreja", que vive en una modesta casita del barrio de Queens. El sería, desde 1993, el jefe de la familia, y su prudencia, unida a una nueva trama de acuerdos, habría construido la fortuna de los Bonanno. Pero contra él, por ahora, no hay pruebas.

Entrevistado por el diario The New York Times hace algunas semanas, Massimo dijo que ni siquiera sabe qué es la Cosa Nostra.

La policía y el FBI estrechan desde hace años el cerco en torno de estas grandes "familias" mafiosas que se lanzaron a la conquista de los mercados financieros.

La última redada se produjo en marzo, cuando más de 100 agentes del FBI detuvieron, con incursiones a la madrugada, a 19 personas, entre ellas miembros de cuatro de los grupos mafiosos de Nueva York.

GUERRA A LA COSA NOSTRA

Detrás de las rejas terminó también Edward Garafola, miembro del clan de los Gambino y emparentado con el más famoso arrepentido de la Cosa Nostra, Sam Gravano, y Frank Coppa, un exponente de primer nivel de la familia Bonanno. El fraude se conoció cuando agentes del FBI encontraron cajas de documentos que ilustraban la estafa.

Las detenciones de marzo marcaron una etapa importante en la guerra entre fuerzas del orden y la Cosa Nostra, pero habían sido precedidas, en enero de 1999, por otras incursiones de los jueces neoyorquinos que ya habían apuntado los focos sobre la relación con Wall Street. Las miradas se centraron en uno de los Bonanno, John Cerasani, y en el ex abogado Irwin Schneider, que confesaron su participación en un plan para inflar artificialmente los títulos de una cadena administrada por las familias Bonanno y Genovese.

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